Esta historia comienza cuando lo conocí. Me cautivaron sus ojos grises, penetrantes y profundos. Cada día a su lado era un sueño, el que muy pronto sería más que una linda útopia, un golpe al corazón. Él era distinto, pues sus labios no eran capaces de expresar emoción alguna, ni amor ni angustia, solo se encerraba en su mundo, lleno de bellos colores y grandes juquetes.
El tiempo, manipulador, jugaba con nosotros, porque en su ser parecía que se había congelado, y paro sus manecillas sin compasión alguna. Consulte cuanta gente pude sin encontrar respuestas. Caminé lo que no podía, hablé hasta que mis cuerdas vocales me lo permitieron, pero nadie fue capaz de ver lo que yo veía. Era un bebé en cuerpo de niño, y yo sin poder comprender si sufría, o estaba feliz. Las acciones más simples como saber lo que queria era un acertijo inmenso. La angustia me superó. Fueron días sin dormir, llorando hasta mi ultima lágrima pensando en él y tratando de entender lo que nos pasaba, porque los dos sufríamos por igual.
Pero hubo algo que jamás podré olvidar: el momento en el que su corazón me habló, solo que no fue su voz la que se comunicó conmigo, sino sus ojos. Quizás el mundo no lo entienda, pues esto es algo mágico, sobrenatural. Me decía que me amaba solo con mirarme, y para mí era como escuchar el más bello soneto de amor.
A pesar de todo, las dudas seguían. Los médicos eran incapaces de llegar a la respuesta que yo tanto anhelaba. Un diagnóstico sería un alivio para mi alma y una luz en este oscuro camino, ya que la incertidumbre era la tortura más cruel que alguien pudiese sentir. Reconozco que tenía miedo, pero la verdad es mejor que vivir en la duda. Lamentablemente ese día no llegó, mi esperanza es cada vez mas pequeña, mi cansancio ya es notorio, pero sus grandes ojos casi con vida propia me dan la fuerza para no caer, pues lo único que quiero es que sea feliz.
Hoy, después de algunos años sin respuestas ni nada concreto, pero con todo el amor para seguir en esta ardúa lucha, ilusionada de que algun día pueda escuchar su dulce voz porque será la más linda y dulce de todo el mundo, diciendo “ te amo”, corriendo a mis brazos gritando mamá, contándome lo bien que le fue en la escuela, como tantas veces lo ví en mis más bellos sueños.
Ahora, aunque sólo puedo comprender lo que me dice a través de sus ojos, me siento agradecida por haber puesto en mi camino al ser más maravilloso del mundo, y que tiene el tesoro más grande que alguien pudiese tener: su mirada, pues con ella me da algo que solo él y yo somos capaces de entender, porque el corazón tambíen habla, aunque nadie más sea capaz de ver ni de comprender “ El Lenguaje de sus ojos”
FIN
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